Si la oferta del mundo del empleo ya no resulta tan satisfactoria para un número mayor de colaboradores, significa que una de las prioridades para las áreas de Capital Humano deberá enfocarse en reconfigurar la experiencia que la organización brinda a los individuos.
Lo primero son las personas y debemos comprender que no hay vuelta de hoja. Sin duda, esa es la prioridad clara y contundente. Sin embargo, ¿qué debemos hacer para traducirla con autenticidad a la realidad cotidiana?
De acuerdo con la Global CEO Survey 2022 de Forbes, capítulo México, si bien en nuestro país no se ha resentido el fenómeno de “la gran renuncia” a una escala multitudinaria, no quiere decir que debamos obviar su existencia.
Ese enorme desencanto al que la firma McKinsey se ha referido al introducir el concepto de “la gran renuncia” nos indica que en hay una parte de la fuerza colaboradora que ha presentado cambios significativos en su concepción de los valores, creencias, intereses y actitudes.
En términos de la teoría de usos y gratificaciones, la actividad laboral estaría dejando de ser comprendida por las personas únicamente como un medio para obtener el sustento. Es decir, que el trabajo, en tanto que concepto, se mueve a una nueva posición más cercana al territorio de las experiencias de vida que le dejan algo positivo a la gente.
Si la oferta del mundo del empleo ya no resulta tan gratificante o satisfactoria para un número mayor de colaboradores, significa que una de las prioridades para Recursos Humanos deberá enfocarse, de manera estratégica, en reconfigurar la experiencia que la organización brinda a los individuos.
Para tal efecto, será importante tomar en consideración aspectos profundos y por demás relevantes como los siguientes:
» Seguridad. La organización deberá satisfacer con certidumbre esa demanda de los seres humanos tan indispensable de sentirse acogidos, confiados y cobijados por una empresa que garantiza estabilidad, permanencia de negocio y pagos puntuales.
» Flexibilidad. Más allá del home office que en realidad beneficia a 1 de cada 10 colaboradores de acuerdo con estudios realizados por las firmas de consultoría más notables, hoy los acuerdos de contratación, cargas de trabajo, proyectos y compensación deben ser dinámicos y adaptativos.
» Personalización. Definitivamente, la idea de abordar a las personas con estrategias, planes, programas y acciones generalistas de Recursos Humanos prácticamente está dejando de funcionar. Entender a cada colaborador en sus expectativas individuales hará posible mejorar las condiciones de la relación y, por tanto, los resultados.
» Experiencia. Recursos Humanos tiene que incorporar a su agenda el diseño o rediseño de la vida diaria en el centro laboral. Tanto en las oficinas, como en las áreas de producción, logística, servicios y en el campo mismo para el caso de los equipos de ventas, la organización debe garantizar que cada individuo sienta que se encuentra en el lugar correcto porque es seguro, confiable y le proporciona espacios de desarrollo.
» Compensación. Los paquetes de beneficios seguirán siendo por mucho tiempo los grandes motores de conductas deseables y resultados. No obstante y sin lugar a duda, están haciendo la diferencia en el mercado. Hoy, valores como la flexibilidad están adquiriendo un papel muy significativo para las personas. Habrá que capitalizarlo.
» Liderazgo. El mundo ha cambiado dramáticamente y el liderazgo debiera responder igualmente a estas transformaciones. El comportamiento de quienes dirigen los equipos es una de las razones fundamentales para que el talento se desafilie y renuncie. Así que debemos tomarnos muy en serio la revisión del papel del líder y solucionar las carencias que tengan nuestros ejecutivos, directores y gerentes.
» Resultados / Engagement. No podemos olvidar que las empresas buscan llegar a un determinado paquete de metas, estándares e indicadores de productividad, rentabilidad y equilibrio financiero. Pero tampoco debemos ignorar el enorme peso que tienen la afiliación, conexión, compromiso y entrega de valor que el colaborador genera. Cada vez resulta más difícil alcanzar los objetivos cuando la gente no está realmente vinculada con el propósito.
» Comunicación auténtica. En un contexto donde la información circula a gran velocidad y se encuentra disponible a través de infinidad de medios, hoy la comunicación debe ser oportuna, eficiente y suficiente. Además, robustecerla con el valor de la transparencia para que los colaboradores vivan una experiencia organizacional, de cultura de empresa, donde la congruencia y la consistencia van de la mano de la veracidad, la credibilidad y la confianza de la marca y sus líderes.
Como se aprecia, el ámbito de gestión de las personas y su talento adquirió una relevancia que, si bien era reconocida a nivel de discurso, sólo con la pandemia se ha posicionado como algo prioritario; no me refiero con ello exclusivamente a los temas de salud y bienestar, sino a todas las facetas de lo que significa colaborar con individuos. Sin el factor humano, por mucha tecnología que haya de por medio, las organizaciones simplemente no tendrían sentido.